Ana María Rodríguez, especialista en educación Unicef Colombia, inició su intervención en la Cumbre Líderes por la Educación, con una alarmante cifra: en el mundo, 175 millones de niños y niñas en edad de educación preescolar no son atendidos por ninguna institución educativa. Unicef, en sus estudios encontró que esta ausencia escolar se debe a un factor determinante y es la pobreza.
La gravedad de la situación se suma a falta de infraestructura, financiación, falta de profesores y asistentes cualificados. Así como factores del contexto socioeconómico, como la violencia, la desigualdad -especialmente en zonas rurales- y la falta de estructuras familiares sólidas.
A su turno, Ángela Constanza Jerez, gerente de responsabilidad social de Jerez & Sandoval-Medios y RS, resaltó los logros del plan de gobierno, y reconoció la importancia de incluir dichos objetivos en los planes territoriales durante los planes de campaña de las próximas elecciones locales. “Si los lineamientos no llegan a los planes sectoriales, no vamos a alcanzar lo que nos proponemos”, aseguró Jerez. Lo anterior, en un intento por atender además la enorme brecha entre las zonas urbanas y rurales en el país.
Para María Adelaida López, directora ejecutiva AEIOTU, la educación preescolar es fundamental debido a que es un momento crítico en el desarrollo de los niños, incluyendo habilidades blandas. Según ella, es necesario construir un modelo comprensivo, en el que al hablar de la calidad del aprendizaje, “Pensamos en un niño potente, líder, propositivo, ahí podemos entender que la relación debe ser cocreativa, proactiva, a través de interacciones constructivas, que partan de la curiosidad, provocación y alegría”.
El desarrollo de este sistema será crucial en el marco del posconflicto, en tanto que enseñar gestión de emociones, empatía y diálogo, son las claves para evitar la violencia. Para López, de esto se tratan las interacciones constructivas y por ello la familia es el agente educativo primordial.
Cristina Gutiérrez, directora ejecutiva Génesis Foundation, ahondó en la preocupación por la calidad de la educación para la primera infancia, reconociendo la especial situación en las zonas rurales. Para la experta, es necesario hablar de un tema que siempre ha presentado cierto grado de resistencia y son los sistemas de evaluación. "Debemos preguntarnos para qué y cómo queremos evaluar a profesores y estudiantes, con el fin de encontrar una verdadera herramienta de cambio e incidir efectivamente en una mejor calidad del servicio". Debe haber una intervención en este sentido, junto al apoyo de organizaciones y alianzas público privadas.
Las panelistas coincidieron en la trascendencia de la educación preescolar, de la mano de factores como la nutrición integral y el contexto social. Reconocen que hay avances interesantes, pero el país aún tiene grandes deudas con la educación para las nuevas generaciones. Sin duda, deben superarse las preconcepciones que existen en nuestra sociedad en torno a la primera infancia y favorecer el desarrollo del cerebro, la consolidación integral de habilidades duras y blandas, así como la eliminación de las enormes brechas de desigualdad.
Revista Semana. Septiembre 09 2019